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En Sweat pueden vislumbrarse retazos de otros trabajos que hablan de los peligros, frivolidad y vacío del éxito y la fama, como The Neon Demon de Nicolas Winding Refn o Showgirls de Paul Verhoeven. Pero su película tiene una cualidad diferente. La empatía hacia su personaje principal, Sylwia. ¿Por qué esta aproximación hacia el mundo de las redes sociales? ¿Los directores y trabajos mencionados influyeron en su aproximación a la obra?

No hubo una influencia directa de ninguno de esos tres autores, aunque tanto Verhoeven como Refn me gustan mucho. Pero lo que en realidad quería conseguir con esta obra era aproximarme al mundo de las redes sociales desde una perspectiva empática y evitar la mirada cínica al respecto. Porque aunque el social media está en todos los aspectos de nuestra vida, parece que somos incapaces de representarlo de una manera realista o crítica en una película. Y me pregunto por qué. Porque creo que existen muchas cosas que son cercanas a nosotros, que nos acompañan constantemente y no sabemos como reaccionar a ellas. Parece que tenemos que tener una opinión absolutamente fundamentada sobre ello y nos da miedo no decantarnos hacia cualquiera de las dos vertientes: o esto es bueno o esto es malo. Mi intención era intentar representar a la figura del influencer como un ser humano de carne y hueso. Y parece una obviedad, porque es algo que el cine sabe hacer muy bien. Pero la realidad es que no. Lo que a mi me interesaba era alejarme de la caricatura, de los estereotipos e introducirme en el personaje y tomármelo en serio y poder sacar todo lo bueno y todo lo malo que hay en él, buscando la empatía e incluso la simpatía de la audiencia pero sin forzar los sentimientos hacia ella. Pero tampoco era mi intención forzar mi opinión o mi filosofía, o mis ideas acerca del mundo del social media, sino que la audiencia decidiera por si misma. Porque el público ya tiene una fuerte opinión creada acerca del social media.

Una de los aspectos más interesantes de la película es la ambigüedad acerca de lo que anida en el interior el personaje de Sylwia. En concreto, la escena con su partner de redes sociales, tras la paliza de este al acosador. El rostro de Sylwia filmado en primer plano de su rostro, es absolutamente impenetrable. ¿Qué ocurre en el interior de Sylwia tanto en esta secuencia como en el conjunto de la obra?

Para mi lo más interesante de lo que comentas es que lo que busco sobre todo es que el espectador proyecte en el personaje sus propias sensaciones y emociones de aquello que experimenta durante el visionado de la película. Coge la escena final del filme, o la escena que comentas en concreto. En la escena final, como espectador puedes pensar que lo que dice y aparenta sentir puede ser verdad o no. Si es un final feliz o un final triste. Esa decisión acaba dependiendo realmente de tu manera de ser. Así que lo que intento es que el público introduzca aquello que siente o piensa en el interior de la cinta. El cine es una conversación entre obra y público, entre cineasta y espectadores. Y esta conversación ocurre cuando el público aporta sus propios sentimientos y emociones al material mostrado. La obra no está completa hasta que el público la complementa con sus propias emociones y sentimientos.

La primera y última secuencia de la película conforman una estructura cíclica, pero la puesta en escena y representación de la misma son totalmente diferentes. ¿Qué ocurre en el personaje y en el desarrollo de la cinta, para que pasemos de una cámara en constante movimiento y un ritmo de montaje frenético a la calma y la placidez de la puesta en escena de la secuencia final?

Creo que esta es la pregunta definitiva que rodea a toda la cinta. Para mi la pregunta que plantea el final, en relación con el inicio, es que aparentemente todo ha cambiado, para que puede que nada cambie. Lo importante en el final de este camino de tres días en la vida de una influencer no es si ella acabará cerrando su cuenta, o abandonará el mundo online, porque ella va a seguir adelante en el camino que ha decidido seguir. Tanto al principio como al final de la cinta ella siente y transmite el amor de sus seguidores. La diferencia es en la manera que tiene de transmitirlo. Al final ella es consciente de quién es realmente y se acepta con todo lo que conlleva. Durante el metraje de la cinta ha tenido que enfrentarse con todo lo bueno y lo malo de ella misma y de las decisiones, tanto personales como profesionales que ha tomado y aprende a diferenciar aquello que es importante para ella, de lo que no lo es. Sylwia en la última secuencia confía realmente en si misma, en su identidad, a partir de un breve momento de lucidez. Puede que mañana o pasado mañana vuelva a tener una crisis de identidad, pero no lo sabremos. Al final de su camino en la película, es plenamente consciente de quién es y de lo que quiere. Pero como en la vida real, la felicidad y el equilibrio no son eternos.

En la escena final de la película -la entrevista en el programa de televisión- Sylwia defiende el polémico post emocional y personal que ha compartido en su feed. ¿Dónde se sitúa el filme ante esta cuestión?

Personalmente me gusta el lado emocional y sentimental de las redes sociales. Creo que es la parte más interesante del fenómeno del social media. Porque realmente, ¿cuándo se considera que un contenido es pornografía emocional o sentimental y cuando es un contenido que emociona? ¿Cómo podemos averiguar que ese contenido es real o es simulado? Es difícil distinguir si un usuario de redes sociales llora para conseguir likes o cuando lo hace porque realmente lo sienten y necesitan expresarlo y compartirlo con alguien. O decir o compartir algo que ellos consideran que es crucial. Y lo único que puede guiarnos es nuestra propia intuición, que realmente depende de quiénes somos. Y esto se convierte en un espejo que refleja nuestra manera de pensar con el contenido que recibimos de las redes sociales. Personalmente quiero ser positivo ante este tipo de mensajes. No quiero odiarlos, porque en el fondo es una llamada de auxilio, una manera de conectar con otras personas. Existen muchas personas que no tienen las habilidades o las capacidades de conectar con otras personas en el mundo real e internet les permite hacerlo. Porque al final, la película busca responder la siguiente pregunta. ¿Cuál es nuestra relación como espectador hacia Sylwia? ¿Cuál es nuestra relación con una rubia vestida con mallas que aparentemente lo tiene todo y que transmite un mensaje de tristeza y soledad a través de sus canales? En la actualidad tenemos sentimientos muy encontrados y viscerales hacia el estereotipo de personaje que representa Sylwia. Y la pregunta que quiero plantear al terminar la cinta es ¿por qué reaccionamos de una manera tan visceral hacia este tipo de individuos?

¿Cómo planteaste la puesta en escena de la película?

Intentamos no enfocar la puesta en escena de una manera excesivamente predeterminada durante la pre-producción del filme. Queríamos capturar en el set una atmósfera lo más real y orgánica posible. Por lo tanto, los movimientos de cámara, los encuadres durante todo el proceso de rodaje buscaban capturar esa espontaneidad y ese movimiento natural, incluso muchas veces de una manera muy improvisada. No utilizamos ningún storyboard, ni un planning cerrado, ni tomas de ensayo antes de comenzar a rodar. Yo siempre he preparado para mis trabajos previos storyboards lo más detallados y precisos posibles. En este trabajo quería hacer todo lo contrario. Aquí preferí guiarme por la intuición, por lo que me ofrecía el set, la interpretación de Magdalena Kolesnik y las propuestas del director de fotografía. Porque cuanto más nos guiábamos por la intuición, mejor funcionaba la cinta. Cuanto más planeaba, o “dirigía”, más destruía el proceso de creación de la película. No hubo pre-producción, así que las decisiones en el rodaje surgían y las capturábamos en el momento. Con el director de fotografía decidimos que la cámara debía ser casi como un perro labrador. Una cámara que, al igual que las emociones de un perro labrador (relacionadas con el estado de ánimo de su dueño), cambiara de estado de ánimo en relación a los cambios emocionales de la protagonista del filme.

Hay una línea de diálogo -en concreto en la escena en el centro comercial entre Sylwia y una amiga de su infancia- donde la amiga de Sylwia dice: “¿Qué sentido tiene nada si no puedes compartirlo?. En el momento actual, ¿solo existen e importan las cosas que se comparten en las redes sociales?

Cuando terminamos el rodaje, todo el equipo nos hicimos sudaderas y bolsas de deporte justamente con esa frase. Porque todo se resume, más allá de las redes sociales, que si las cosas no podemos compartirlas (una obra, un sentimiento, una emoción, etc…) ¿qué sentido tiene nada? Más allá del social media (que lo único que ha hecho es expandir la difusión y la inmediatez de los mensajes), la necesidad del ser humano de compartir sus experiencias, sus pensamientos, sus sentimientos, es algo eterno.

Declaraciones recogidas por videoconferencia desde el Festival de Sevilla, el 11 de noviembre de 2020