Como en M (2018), su film anterior sobre los abusos sexuales sistematizados en la comunidad ortodoxa más radical de Israel, en La Belle de Gaza Yolande Zauberman lleva a cabo un viaje al fin de la noche israelí, literal y metafórico. La película arranca con la imagen borrosa de una mujer que la directora habría captado en un rodaje anterior. Preguntando por la identidad de esta misteriosa figura, le habrían explicado que se trataba de una mujer trans que emprendió la huida a pie de Gaza hasta llegar a Tel Aviv, capital y refugio queer de la zona. El punto de partida de La Belle de Gaza es por tanto la búsqueda que emprende Zauberman de esta persona, a quien ella apoda como en el título, entre la comunidad trans de la ciudad. Su objetivo pronto se desvela tan escurridizo como lo es cualquier leyenda, pero le resulta útil como excusa para mantener en marcha su pesquisa y acercarse a la mayoría de testimonios. Como sucedía también en la película anterior, Zauberman genera escenarios de gran intimidad con sus interlocutoras que le permiten adentrarse a través de conversaciones muy cercanas a aspectos ocultos o tabús de sus vidas. La directora francesa esta convirtiendo buena parte de su filmografía (a La Belle de Gaza y M, podemos añadir Would You Have Sex with an Arab?) en una Encuesta sobre el amor versión Israel que le permite radiografiar las contradicciones y tensiones culturales y religiosas de este país desde esta óptica insólita. Aquí recopila sobre todo historias de huidas de hogares y comunidades, sobre todo entre las mujeres palestinas, en un retrato coral y al mismo tiempo diverso del conflicto de identidades (sexuales, culturales, religiosas…) que acumulan la mayoría de protagonistas. Aunque la película, rodada antes de octubre del 2023, evita en este sentido convertirse en munición para cualquier discurso que pretenda justificar su odio hacia a otra comunidad en la homofobia. Al lado de varias personas anónimas que aparecen en el film, Zauberman también entrevista a la estrella trans Talleen Abu Hanna, árabo-israelí de confesión cristiana, y el único testimonio que presenta la posibilidad de reconciliación con la familia biológica. La conversación que Abu Hanna mantiene al inicio del film con la exesposa trans de un rabino no tiene desperdicio.
Eulàlia Iglesias