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Enric Albero

ZONAZINE

DEMONIOS TUS OJOS (Pedro Aguilera)

Estamos ante un film nacido para provocar. Cuándo perdiste la inocencia o qué es para ti la perversión son algunas de las preguntas que Pedro Aguilera (se) formula en su tercer largometraje. Pero, ¿hay algo detrás de estos interrogantes o solo son una excusa para incendiar plateas? La vuelta a casa de Oliver (Julio Perillán), un director de cine afincado en Los Ángeles, tras ver en internet un vídeo pornográfico en el que aparece su (medio) hermana (Ivana Baquero), supone el inicio de un viaje al lado oscuro del deseo: voyeurismo, incesto y demás comportamientos sexuales poco convencionales (o poco visibles) jalonan una trama demasiado errática (¿guarda alguna relación el prólogo con el resto del metraje que no sea la de conveniencia?). Detrás de las imágenes de Aguilera no hay un trabajo reflexivo sobre la pulsión erótica –como en De Palma– ni tampoco una reivindicación de la alteridad; de hecho, algunas decisiones de vestuario y maquillaje invitan a identificar al realizador con su homónimo protagonista, como si el propio deseo primara sobre cualquier otra consideración. La reiteración de coartadas culturales que legitimen la apuesta –una raya de coca sobre un libro de Knut Hamsun, que en momentos clave suenen Purcell o Beethoven, o esa cita final a Holocausto Caníbal (Ruggero Deodato, 1980)– apuntan a extrañas conclusiones: es compatible, e incluso deseable, leer Hambre y ver la filmografía completa de Deodato, pero homologar a Alfred Hitchcock con Pierre Woodman es un atrevimiento que solo puede entenderse como una boutade. Por último, se antoja curioso que una película que pretende romper con ciertos tabúes termine con una mujer cabreada porque su pareja le pone los cuernos.

DOCUMENTAL

EL SITIO DE LOS SITIOS (Natalia Cabral y Oriol Estrada)

El sitio de los sitios

Situar la cámara en el lugar adecuado y dejar las cosas sucedan para luego ponerlas a dialogar. Natalia Cabral y Oriol Estrada filman a propietarios y trabajadores de un lujoso resort caribeño. Los primeros juegan al golf, consumen su ocio solitariamente en una piscina o hablan de proyectos y dinero durante una barbacoa. Los currantes discuten sobre mujeres, muestran sin tapujos su recalcitrante machismo y vuelven de noche a unos hogares que nada tienen que ver con el paraíso (artificial) en el que pasan la mayor parte del día. En este pequeño documental todo funciona por oposición: el paisaje real frente al que fabrican las excavadoras, los chalés lujosos frente a las chabolas humildes de los obreros, la actitud expansiva de la gente corriente frente al ensimismamiento de los residentes. Un humilde ejercicio observacional que nos invita a sacar conclusiones de cosecha propia.