Obras derivadas sobre una Europa en decadencia

El vigésimo Festival de Cine Europeo de Sevilla, en una versión reducida de tan solo seis días, resiste la embestida de los Grammy Latinos (la celebración de los premios de la música estuvo cerca de provocar la suspensión del festival) y celebra dos décadas de existencia volviendo a llenar las salas de cine con algunas de las mejores propuestas fílmicas estrenadas durante el último curso. La Sección Oficial recoge títulos que han pasado por algunos de los festivales más prestigiosos de Europa para medir el estado de salud del lenguaje cinematográfico y debatir qué autores –y, sobre todo, cómo y a qué nivel de riesgo– están marcando el pulso hoy en día a través de la experimentación con nuevas narrativas y la creación de imágenes radicales destinadas a permanecer en nuestra retina. Pensar el cine desde el cine es trascendental para comprender las propuestas contemporáneas, cuyo carácter poliédrico, una vez más, da fe de una Europa diversa y multiétnica frente a la ola reaccionaria que amenaza el continente.

Llama la atención la abundancia de obras derivadas, bien sea en forma de remakes, adaptaciones, libres inspiraciones o relecturas contemporáneas de temas universales bajo nuevas claves y códigos. La veterana Catherine Breillat, acostumbrada a diseccionar la sexualidad femenina desde el realismo y la crudeza en obras como 36 Fillette o Sale comme un ange, vuelve con L’Été dernier, un remake del drama danés Dronningen (May el-Toukhy), para explorar el deseo reprimido de una mujer burguesa. Angela Schanelec, ganadora del Oso de Plata al Mejor Guion con Música, revisita el mito de Edipo al son de Bach en lo que previsiblemente supondrá un nuevo ejercicio de su barroquismo posmoderno tras la multipremiada I Was at Home, but (2019). Sorprende encontrar también dos interpretaciones diferentes de La bestia en la jungla de Henry James, relato acerca de un hombre cuyo miedo irracional hacia una posible catástrofe se convierte en una profecía autocumplida. Mientras el nuevo film de Patric Chiha, que mantiene el título original (La Bête dans la jungle), encierra a sus personajes durante veinticinco años en un club nocturno para construir un inmenso fuera de campo atravesado por el curso de la Historia, La Bête de Bertrand Bonello plantea un tríptico de épocas distintas, de 1910 a 2044, para construir un thriller psicológico bajo el paraguas de la ciencia ficción.

Cabe destacar, por otro lado, la selección de títulos que, a través de historias que relacionan lo personal con lo político, dan fe del desmoronamiento de un sueño europeo sumido en una profunda crisis económica y de valores. Matteo Garrone, veterano de esta guerra gracias a títulos como Gomorra o Dogman, sorprende con Yo, capitán, León de Plata a la Mejor Dirección en la Mostra de Venecia. Sirviéndose de la tradición del cine de aventuras, relata el viaje de dos jóvenes desde Dakar a Sicilia, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo. Sobre la inmigración a Europa versa también Crossing, debut en la ficción de la holandesa Jacqueline van Vugt, quien entrelaza a tiempo real tres historias durante una travesía en ferry de Marruecos a España. La decadencia política y moral de Turquía es retratada desde el realismo por Selman Nacar en Hesitation Wound, un thriller minimalista en la senda de la Nueva Ola Rumana.

Antes de cerrar este pequeño avance de la Sección Oficial, es preciso destacar Eureka, nuevo trabajo de Lisandro Alonso, figura fundamental del cine contemporáneo que se aventura con un western dividido en tres relatos que tratan de reconstruir el imaginario fílmico sobre los nativos americanos. La representación del cine español está garantizada gracias a títulos como Sobre todo de noche (Víctor Iriarte) y Robot Dreams (Pablo Berger), que supone también la única película de animación presente en el certamen.

Yago de Torres