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Enric Albero

ZONAZINE

NO QUIERO PERDERTE NUNCA (Alejo Levis)

Una casa, el cuadro de esa casa e, inmediatamente, su substitución por otro abstracto. Así arranca la segunda película de Alejo Levis, un relato de fantasmas interiores que uno tiene la tentación de asociar, a pesar de las diferencias y de las inequívocas influencias setenteras, a títulos como Pura formalidad (Giuseppe Tornatore, 1994). Levis utiliza la banda de sonido para enrarecer, desde los primeros compases, esta historia de traumáticas relaciones maternofiliales ambientada en un viejo caserón familiar, sustentada, en buena parte, por la interpretación de María Ribera, bien contrapunteada por Carla Torres. El director de Todo parecía perfecto (2014) tensa la puesta en escena con angulaciones forzadas, superposiciones y desajustes entre imagen y sonido, de modo que, al igual que en el inicio, la película se desplaza del realismo a la abstracción para reflejar lo que en psicoanálisis se conoce como estado de regresión; fenómeno que el psicólogo y crítico Javier Rueda define como el “regreso a una zona de confort” toda vez que “el aparato psíquico se rompe”.
El film, no obstante, va de más a menos, la reiteración de recursos y situaciones y el exceso de diálogos explicativos empañan una propuesta interesante y poco frecuente en el panorama cinematográfico nacional.

DOCUMENTAL

NADIE (Miguel Coyula)

Nadie - Miguel Coyula
Aunque el último documental de Miguel Coyula pueda verse como una (con perdón) simple entrevista de casi setenta minutos al poeta Rafael Alcides, es mucho más que eso, si bien desde una aproximación historiográfica e ideológica bastaría con que fuese el registro de esa plática entre realizador y literato. Y bastaría porque las reflexiones del escritor sobre su vida, sus relaciones contradictorias con la revolución cubana, el análisis que hace de la figura de Fidel Castro y su evolución, o sus disquisiciones sobre la belleza, son de una elocuencia tal que justifican la presencia de una cámara que las grabe. Si, además, Coyula hace que el verbo ágil y brillante de Alcides dialogue con las imágenes, aplicando la máxima del poeta de que el arte es una forma de manipulación, el film gana enteros y se transforma en un artefacto que, desde la honestidad, cuestiona la forma última adoptada por la revolución.