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Filmar lo no filmado

¿Cuál fue el impulso para seguir las huellas de Herzog? Nace desde la idea del maestro. Me llamó mucho la atención cuando Marc Recha, a finales de los ochenta, fue a París a conocer a Bresson. Me impactó la idea de ir a conocer a un maestro. Para mí Herzog ha sido una guía y siempre tuve en mente enviarle una carta. Al final se me ocurrió la idea de dedicarle una película. La metáfora del caminante solo, en el frío, me parecía poderosa. El libro de Herzog me impactó: ese acto de amor por una persona.

La decisión de responder al libro con un diario filmado, ¿siempre estuvo presente? Fue surgiendo durante el camino. Me fui a la aventura, con un itinerario, no con un guion. Lo que más me costó fue descubrir el camino de Herzog, porque el libro es muy críptico y abstracto. Habla de lugares, pero no de una forma cronológica. Primero hice un mapa y luego iban surgiendo las reflexiones. Se me ocurrían ideas o preguntas que hacerle a Herzog, que luego él mismo me fue acotando.

¿Cómo fue su trabajo con él? Le envíe un premontaje y reaccionó de una manera muy agradecida. Dijo que le recordaba a él mismo cuando hizo el remake de Nosferatu, por esa admiración que él sentía por Murnau. Ha sido un proceso muy bonito en el que él iba dando opinión sobre algunas ideas o afinando detalles sobre la historia oficial. Algo que también va desmitificando
el oficio de cineasta, que era uno de los objetivos de
la película.

Y esa reflexión la expresa en primera persona. Al final ha sido como un acto político. Yo siempre he hablado en mis películas de mí desde los otros. Pero en este caso era un material demasiado íntimo como para dejarlo en manos de una dramatización.

A lo largo de la película se percibe una progresiva fascinación por los paisajes. Ese interés por la naturaleza estaba desde el principio y lo he ido estilizando mediante el diseño sonoro y la música de José Venditti para poder transmitir cómo se siente alguien dentro de una cascada. Grabar en soledad es algo que siempre había querido hacer.

Algo que conecta con el espíritu de Herzog de exponerse ante la naturaleza. Sí, es esa idea de intentar filmar lo no filmado, ese éxtasis de la verdad.

Entrevista realizada por teléfono, en
Madrid, el 6 de octubre de 2020.