La morena es un animal capaz de morderse a si mismo para liberarse de un arpón. Y por eso la ‘morena’ del título del film simboliza al personaje de Julia, una joven adolescente que vive en una isla de Croacia junto a un padre autoritario, violento y maltratador y una madre sumisa incapaz de escapar al miedo y la sumisión. Ambos personajes están desarrollados con matices y cuerpo suficiente como para trasladar la complejidad de un sistema dominado por los valores tradicionales del patriarcado y aquí es donde reside en buena medida la fuerza simbólica del film.
Pero la morena no es el único elemento alegórico en el muy interesante debut en el largometraje de la cineasta croata Antoneta Alamat Kusijanoviç (y producido por Martin Scorsese). El fondo del mar es el espacio donde Julia, sumergida y a pesar de tener que aguantar la respiración, conecta con su subconsciente. Es allí donde se siente segura y donde descubrirá su fuerza, toda su capacidad, donde sublimará la muerte del padre (‘porque la redención no puede ser consecuencia de una revancha’, como afirma la propia cineasta) y, en definitiva, donde encontrará la opción para liberarse. Frente al mar, en la tierra, toda la tensión está contenida y la atmósfera resulta asfixiante. Es allí donde de verdad no se puede respirar. La aparición de un personaje externo, un extranjero rico, viejo amigo de la familia, ex-amante de la madre, seductor nato y que canta Volver a los 17 con la guitarra, será el catalizador que permita a Julia conectar consigo misma y sentir el espacio para poder por fin hablar, expresar y sentir sus deseos. Un personaje desde el que se concentra toda la sensualidad y la atracción física y cuya tentación es la de mostrarse como el único capaz de ‘rescatar’ tanto a la madre como a la hija. A partir de ahí, Julia podrá entonces empezar a tomar sus propias decisiones e ir alcanzando conquistas sutiles pero profundas que van haciendo mella imborrable en su ser. La película de Alamat Kusijanoviç escapa de manera no solo inteligente sino poderosa de esa opción para dar a Julia la posibilidad de ser libre por si misma y sin la ayuda de ningún hombre. Morina es una gran película.
Jara Yáñez