La última sesión de Zabaltegi-Tabakalera incluyó tres trabajos de corta duración con un denominador común: el peso del pasado en el presente, la manera en que determinados hechos pretéritos permanecen en la memoria hasta paralizar de algún modo la vida posterior. En Heltzear, de Mikel Gurrea, una adolescente escribe una carta a su hermano, quizá encarcelado por su relación con ETA, mientras se prepara para un desafío deportivo. En Le Cormoran, de Lubna Playoust, la casa familiar en la costa alterna dos tiempos, la infancia y la edad adulta, el equívoco momento de plenitud y el del desencanto, que a veces coincide con la madurez. Y en Les Filles du feu, de Laura Rius (una de las directoras de Las amigas de Ágata), un grupo de amigas viven obsesionadas por un incendio que quizá provocaron en otra casa, durante una escapada festiva.
Se trata, entonces, de desencadenar el matiz poético, de ver hasta qué punto esa hemorragia de la memoria hace que esta se desparrame para que el cine nos la haga sentir de manera tácita y sutil. Y en los tres trabajos es la palabra la que se encarga de poner en marcha esta estrategia utilizando distintas vías: la relación epistolar y la voz over en Helltzear, lo dicho y lo callado en Le Cormoran, la conversación que finalmente estalla en Les Filles du feu. Estos tres cineastas jóvenes, que buscan su estilo de modos distintos, atrapan a sus personajes en momentos decisivos, que los llevarán a alcanzar una iluminación o a verse atrapados en un bucle. Y ese empeño los lleva a conseguir no solo momentos muy bellos, sino también una inundación de sentidos que hace que sus respectivas propuestas no acaben en sí mismas, sino que parezcan continuar más allá de su presunto final. Pues el cine, en este año y en esta sección del festival, se ha convertido en un agente perturbador, sin medida ni control.
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¿Por qué el cortometraje sigue siendo uno de los formatos audiovisuales más maltratados por la industria? A pesar de las múltiples reivindicaciones de muchos de los agentes del sector, la falta de un circuito comercial hace que continuamente se encuentre con un techo aparentemente infranqueable.
Para tratar de desgranar esta situación contamos con Samuel Rodríguez, fundador de CortoEspaña y de los Premios Fugaz al cortometraje español. A lo largo de la entrevista repasaremos la aportación de estas dos iniciativas referentes dentro de la reivindicación del cortometraje en España, al tiempo que trataremos desgranar cuáles son las oportunidades que se pueden abrir para que, de algún modo, el cortometraje consiga un espacio de relevancia en nuestra relación con el audiovisual.
📖 Guión y comunicador🎙️: Diego Rufo
🖼️ Imagen gráfica y técnico de grabación: Jaime Garzía
🎛️ Producción de podcast: Iván Patxi Gómez Gallego https://www.ivanpatxi.es
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