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En 1981, el momento de rodar Sauve qui peut (la vie), Jean-Luc Godard decidió realizar un esbozo de guion audiovisual en el que recogía notas y datos de una película que debía existir. La idea del esbozo como obra es algo que marca toda la filmografía de Godard. Nicole Brenez en su reciente libro Jean Luc Godard: Ecrits politiques sur le cinéma et autres arts, habla de los múltiples esbozos, obras apuntadas, anuncios publicitarios o pequeños ensayos que marcan toda la filmografía de Godard, como retazos de una obra que debe tomar forma. Entre estos retazos hay una serie de imágenes sobre la película póstuma de Godard, un anuncio sobre una película que debía realizar para Yves Saint Laurent que debía llamarse Drôles de guerres. En los últimos años, el método de trabajo de Godard para confeccionar sus películas no estaba basado en el montaje del esbozo audiovisual a partir de montajes de materiales. Había abandonado la torre tecnológica que tenia en Rolle para pasar por un trabajo previo de collage basado en cortar y pegar imágenes, realizar dibujos, escribir fragmentos de textos, poemas y notas dispersas. Le Livre des images tenía su auténtica forma como libro de imágenes.

No es ninguna casualidad que su película anuncio póstumo de veinte minutos tenga la forma de una serie de diapositivas en las que Godard corta y pega algunas ideas. En ellas apunta sobre algunas guerras contemporáneas desde la guerra eterna entre el sentimiento y la pasión, hasta algún eco remoto de la guerra de Ucrania, sin olvidar las guerras pasadas, desde Sarajevo a la guerra civil española. En el centro está la posible adaptación de un escritor trotskista que fue apartado por el estalinismo. Entre los recortes y collages oímos la voz de Godard, escuchamos el cansancio de su timbre y su deseo de dar forma a algo que quizás nunca podrá salir a la luz. Está también el rostro de una mujer llamada Charlotte, que inspiró el libro que quiere adaptar. Entre las diapositivas que conforman la película una llama especialmente la atención. En ella Godard reflexiona sobre la obligación de cada uno de gestionar el reino de la ausencia. ¿Cómo gestionar los restos, esbozos y apuntes dejados por Godard desde la ausencia? Fabrice Aragno, Nicole Brenez y Jean Paul Bataggia han dado forma a veinte minutos de poética godardiana que no actúan como legado sino como una poética que siempre vuelve y nos ayuda a pensar. Àngel Quintana