Por mucho que las sinopsis lo sugieran, no esperen encontrar en Antier noche, el primer largo de Alberto Martín Menacho, una docuficción sobre el día a día en la vida de un diminuto pueblo extremeño. Tampoco un documento sociológico, ni un lamento por la España vacía o vaciada, o como quiera llamársele, ni mucho menos una elegía por un modo de vida que desaparece. El film incluye todo eso y mucho más, es cierto, pero lo hace subsumiéndolo en un organismo opaco, voluntariamente oscuro y cerrado sobre sí mismo, cuya inspiración viene de otro lado. A través de una serie de estampas más o menos animadas que a veces parecen detenidas en el tiempo y en otras ocasiones quedan clavadas como mariposas en un inquietante tapiz contemporáneo, Martín Menacho elige una mirada conceptual para convertir esos instantes en pequeñas performances de apariencia claramente realista, sí, pero en el fondo más bien cercanas a una cierta abstracción. En esto se parece a Destello bravío, dirigida también por una extremeña, Ainhoa Rodríguez, lo cual nos lleva a preguntarnos si esas tierras no ocultarán un misterioso componente mítico que ahora surge a la superficie. Por si fuera poco, Martín Menacho sitúa su puesta en escena a medio camino entre la distancia más o menos prudente y la catatonia absoluta, no tanto para acudir a la parodia o la sátira, ni siquiera al esperpento, como para congelar ese universo en inverosímiles tableaux, elocuentes representaciones de un lugar quizá únicamente poblado por fantasmas. Puede que una puesta al día de algunas imperecederas intuiciones de Buñuel, puede que una gesta colectiva convertida en farsa glacial, lo que impide que Antier noche adquiera un tono del todo convincente es el convencionalismo de su relato, esa estructura que se empeña en buscar protagonistas como si se tratara de representantes de esa decadencia, jóvenes desorientados y ancianos al borde de la espectralidad. En este sentido, vale más esa viñeta de una fiesta nocturna que parece inspirada en un Lynch de marca ibérica que todos los innecesarios intentos por encontrar alguna continuidad a lo que no la necesita en absoluto. Carlos Losilla