A veces las personas te aman de una manera que no es la esperada. Eso afirma Guto Parente, que confiesa haber inspirado su nueva película en el recuerdo y la conexión que él mismo tenía con su propio padre. En una ficción inteligente y enormemente creativa en cuanto a ritmo y puesta en escena, el director brasileño utiliza las extrañas circunstancias en las que nos sumió la pandemia del COVID- 19 para encuadrar una historia sobre cómo las situaciones rocambolescas pueden acercarnos más, a veces y sin quererlo, a quienes nos rodean y hacer que nos encontremos a nosotros mismos.
En Extranho caminho el joven David se queda sin alojamiento a la vuelta a su Brasil natal cuando ha de presentar allí su película en un festival de cine que se cancela debido a la pandemia. Obligado por las circunstancias, David no ve otra salida que pedir asilo temporal a su padre: un escritor huraño y neurótico, al que apenas conoce, y que no está en absoluto conforme con esa idea de compartir su casa. Si bien todo comienza con el tono de una comedia que nos pone delante el espejo de los diversos rituales, y hasta a veces ridículos comportamientos, que tuvimos que adoptar en 2020 (en defensa de la salud personal y colectiva) la realidad se va tornando cada vez más en un cúmulo de sucesos de pesadilla cada vez más raros y misteriosos. La vida también es esto, una mezcla de géneros que la nueva cinta de Parente plasma como si de un catálogo fluido y accesible de expresivas soluciones visuales y sonoras se tratara.
Este cinematográfico viaje hacia lo inesperado, que se empezó a rodar en 2021, es una vuelta de tuerca con un humor que guarda cierto parentesco (salvando las distancias) con Diarios de Otsoga (Maureen Fazendeiro y Miguel Gomes, 2021). El film expone, además, cómo continuamente estamos ficcionando en nuestra mente la propia biografía a través del filtro de la ansiedad y de los intensos ya de por sí sentimientos humanos. Extranho caminho se luce como una fantasía peculiar, y de alguna manera también como un homenaje al cine experimental, pero desde una visión muy personal que hace innegablemente interesante y fresco todo lo narrado. Raquel Loredo