La arquitectura mortal a través de la representación (o cómo el olvido es un simple recuerdo)
Se estima que 32,7 millones de personas han fallecido a causa de la epidemia del SIDA. La crisis sanitaria afectó en su mayoría a hombres homosexuales, encerrándolos aún más en el yugo del tabú. A principios del milenio, el colectivo, desde su variante más politizada, quiso abrazar lícitamente el olvido ante este relato establecido. La narrativa de la enfermedad problematizaba la forma en la que existían ante los ojos del mundo, y eran mucho más que eso. El hecho envió la historia, paradójicamente, al baúl de los desastres, y fue asumido por parte de los que no pertenecían a la otredad, quienes habían contribuido a articular el estigma. Roger Hallas lo explica de forma brillante en su estudio publicado en el 2009: Reframing Bodies: AIDS, bearing witness, and the queer moving image, donde dedica un capítulo entero a la obra documental de Tom Joslin.
El documentalista fue víctima de este olvido, ya fuera por lo anteriormente expuesto, o por las formas en las que mostró su enfermedad, haciéndolo tan explícitamente que, incluso en el momento de su muerte, fue expuesto ante la cámara, en su segundo documental, Silverlake Life: The View From Here (Tom Joslin, Peter Friedman, EE UU, 1993). Dice Friedman, a quien Joslin, antes de su muerte, le había encargado acabar la pieza: “Sospecho que la intimidad de Silverlake es un sentimiento de estar viendo algo que no deberíamos. Es una forma de negación, es la expresión de un tabú cultural en contra de la muerte y de ver gente con SIDA o, en su defecto, ver gente gay”. Y es que la pieza cumple su función de validación ante una pérdida, la representación del trauma generacional aún no curado. Porque para desarrollar resiliencia, primero hay que mirar a la cara al causante del dolor.
En el marco del Festival Filmadrid, se ofrece por primera vez en Europa una retrospectiva del director con copias remasterizadas de su breve filmografía. Su primer documental, Blackstar: Autobiography of a Close Friend (EE UU, 1976), sirve como precuela de Silverlake Life, del cual se recuperan secuencias en la segunda pieza, como es el evocador final, de ambas piezas, en el que Joslin y Mark Massi, su pareja, están bailando al son de I Met Him on Sunday de Laura Nyro. Tom le pregunta: “¿Cuáles fueron las últimas palabras de Gertrud Stein a Alice B. Toklas?”; Massi responde: “Alice se volvió hacia el lecho de muerte de Gertrud y le dijo: ‘Gertrud, ¿cuál es la respuesta?’” Tom le vuelve a preguntar: “¿Y qué le dijo Gertrud?”, Massi responde: “¿Cuál es la pregunta?”. Ambos documentales conforman una bilogía sobre ser gay en los Estados Unidos durante los ochenta, atravesando los testimonios familiares de Joslin al respecto de su salida del armario, con una honestidad, a veces punzante, y a veces inspiradora. Representan una experiencia desde el individuo, a un colectivo castigado por la sociedad.
Pero Joslin era mucho más que su identidad sexual y su enfermedad, fue un gran documentalista con una seña estilística muy marcada. En su obra póstuma, Architecture of Mountains (Tom Joslin, Abraham Ravett, EE UU, 2010), Joslin reflexiona sobre los puntos de vista y los sueños a través del cambio de paradigma en la historia del arte que supuso la introducción de la perspectiva en punto de fuga en el Renacimiento. Joslin crea un artefacto que enciende una luz todas las noches mientras duerme, con el fin de despertar y recordar los sueños lo más lúcidos posible. Los relata delante de una cámara, con los que reflexiona a través de las imágenes, las que, en muchas ocasiones, están aceleradas y puestas en bucle para retratar la idea respecto a la concepción circular de la historia frente a un relato de la vida que entendemos como lineal.
La obra de Joslin, por breve que sea, representa un relato inabarcable de ideas, imágenes y traumas históricos que dialogan tan bien con el pasado, como con el presente, siendo una obra que sobresale, tanto por sus características expresivas, como por el discurso que articula entorno ellas. Como le dice Tom a Mark, en un momento en el que Massi no sabe si mirar a la cámara o al monitor: “En su lugar, miremos al vacío”. Tom Joslin crea del vacío de la muerte, la integridad.
Alicia Rambla