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Un perro solitario mata las horas jugando con el Pong, aquel viejo videojuego de los ochenta. Estamos en Nueva York a principios de la década y mientras la ciudad bulle, sus animales con forma humana están aburridos, la incomunicación urbana no abre caminos a ninguna amistad posible. Un día, el perro decide fabricarse un robot, una forma práctica de tener un amigo. Juntos pasean con una bolsa de Naranjito, la mascota del Mundial 82 y acaban paseándose hasta Coney Island. En la playa de Coney Island el robot queda encallado en la arena y no puede sacarlo. Hace diferentes intentos, pero llega el otoño y el parque se cierra hasta junio. El robot encallado en la arena sueña con mundos posibles, con historias de felicidad, mientras el perro busca nuevos amigos y espera que algo acabe. El tiempo pasa y la relación se transforma. Llega el inverno, la nieve y el robot corre el peligro de convertirse en simple chatarra.

Pablo Berger es un cineasta que no se conforma con rodar de forma convencional, sino que quiere jugar o experimentar con otras formas posibles de la imagen. Mientras en Blancanieves investigaba en torno al cine mudo, en Robot Dreams, adaptación de un cómic de Sara Vanon aparecido hace unos años, lleva a cabo un doble homenaje. Por un lado, rueda una película de amor al Nueva York que Berger vivió en su juventud y por otra conecta con lo mejor de la animación contemporánea. El amigo robot no está tan lejos del amigo Totoro de Miyazaki y el uso de la animación sin diálogos recuerda a La tortuga roja de Michaël Dudok de Witt, pero también hay ecos de Ernest y Célestine de Stéphane Aubier. Berger juega con habilidad con el sonido y con una espléndida banda sonora en la que el tema September de Earth, Wind and Fire se convierte en un auténtico icono referencial. Un cuento infantil en cuyo interior residen otros muchos cuentos posibles y este juego de capas y sueños acaba dando lugar a una película tierna, llena de imaginación. Un regalo para niños, pero también para los adultos que amamos la animación, vista como exploración en la imagen gráfica.  Àngel Quintana