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Han pasado exactamente nueve años. Era enero de 2012 cuando aparecía por primera vez en los quioscos Caimán Cuadernos de Cine, fiel prolongación de una aventura que había comenzado en mayo de 2007 bajo la cabecera de Cahiers du cinéma. España. Nueve años que desembocan en este número 100 que el lector tiene ahora entre manos. Cien números en los que hemos tratado de hacer honor a las palabras que nos dedicaba Alain Bergala cuando nacíamos como ‘caimanes’ sin dejar de ser ‘cahieristas’, cuando decía que la aparición de Cahiers-España me devolvía la confianza en la posibilidad de ver nacer hoy una nueva revista de cine capaz de intervenir con soberanía en el campo de la crítica en el sentido completo y político del término”. Una publicación, seguía diciendo, “que prueba que una forma de resistencia era todavía posible y excitante en medio de la desvalorización general del pensamiento y del gusto por el cine”. Y aquí siguen ‘Los cuadernos del Caimán’ (en expresión del amigo Quintín), fieles a esa forma de resistencia crítica que, aquí y ahora, continúa siendo tanto o más necesaria que en el contexto de nuestro nacimiento.

Hemos publicado cien números de Caimán CdC sin faltar ni un solo mes a la cita con nuestros lectores (ni siquiera en el período más agónico de la pandemia, durante el que publicamos seis entregas únicamente en edición digital). Lo celebramos aquí con la renovación del diseño gráfico de la portada y de algunas de nuestras páginas (una línea que iremos profundizando en los próximos meses), pero también con la reubicación de varias secciones, a fin de ganar en claridad expositiva y visualizar con más fuerza nuestras principales apuestas. Cambios que no afectan ni a la orientación crítica ni a la línea editorial de la revista, desde la que vamos a seguir, como decía Àngel Quintana en el nº 1 de Cahiers-España (hace ya casi trece años), “reivindicando espacios para la diferencia, para el disenso, para la libertad de innovación, para la heterodoxia, para la exploración de lo imprevisto, para la interrogación y para la duda”, pues estamos convencidos de que únicamente en tales territorios podrán surgir no solo las obras más valiosas del presente, sino también un pensamiento crítico merecedor de tal nombre.

Y como ‘la vida es cíclica’ (al decir de Wong Kar-wai en la entrevista exclusiva que publicamos con él), en este número 100 nos volvemos a encontrar con el autor de In the Mood for Love, al que entrevistábamos ya por primera vez en nuestro acta fundacional (mayo, 2007)  y que ahora regresa –en el suceso cinematográfico más relevante que van a vivir nuestras pantallas a lo largo de todo el mes de enero– con siete de sus películas, restauradas bajo su estricto control personal. Y aquí está también, fiel a la cita anual, nuestro balance de 2020, en el que el triunfo de obras como First Cow (Kelly Reichardt) y El año del descubrimiento (Luis López Carrasco), en opinión de nuestros críticos, o de Vitalina Varela (Pedro Costa) y Mank (David Fincher), según nuestros lectores, supone –de nuevo– sendas y genuinas apuestas de política cinematográfica, expresión de esa soberanía y de esa resistencia de la crítica de la que hablaba Alain Bergala. This is (our) way.