Cierta teoría establece una clara diferencia entre el explorador, el viajero y el turista. El explorador es aquel que descubre lo desconocido, el turista visita aquello que le han vendido sin necesidad de descubrir nada, en cambio el viajero transita por mundos descubiertos a la búsqueda de una experiencia que le ayude a cambiar. Iris (Isabelle Huppert) es una viajera que teóricamente enseña francés en Corea del Sur. Ha creado un método personal para aprender francés basado en la captura de estados emocionales, pero curiosamente con todo el mundo habla en inglés. Esta viajera es una mujer sin pasado de la que desconocemos todo excepto su pasión por los sombreros de ala ancha. A lo largo de la película se cruza con diferentes personajes y se pierde por algunos paisajes. Con los presuntos alumnos de francés hablan de emociones vitales, les pide que toquen alguna pieza musical y busca en la abstracción de las notas algo que despierte la sensibilidad. Ella también utiliza la música, pero lo hace como si fuera una deesa dionisiaca, tocando como el dios Pan la flauta en el corazón del bosque transformado en parque. Durante las conversaciones beben bastante Makgeolli y ella acostumbra a subir a las terrazas para fumar algún cigarrillo. Entre los personajes que se han cruzado en la vida de Iris esta un joven llamado Inguk con el que comparte apartamento y quien, consciente de sus dificultades económicas, la ayuda. La irrupción de la madre de Inguk en el apartamento parece desplazar la película hacia la comedia de enredo, pero Hong Sangsoo aprovecha hablar de la mujer misteriosa para acabar observando el fracaso de lo racional. Así, la idea de saber quién es la mujer del misterio que se esfuma en el parque fracasa siempre ante la fuerza de los estímulos sensoriales.

Necesidades de una viajera es la tercera colaboración de Hong Sangsoo con Isabelle Huppert y en esta ocasión tras el misterio surge la cuestión de la extranjería pero también el sustrato de la poesía de Yun Dong-ju, un referente poético del cine del coreano, muerto en el esplendor de su juventud. La poesía de Yun Dong-ju habla de los tránsitos, tanto físicos como vitales. Necesidades de una viajera es fiel a la máxima depuración estilística que Hong Sangsoo ha emprendido con sus últimas películas, en la que ya no existen los juegos en la composición de la estructura del guion, ni las repeticiones o las elipsis. Hong Sangsoo escribe, filma y dirige de forma apresurada. Incluso parece convertir la mostración de la premura en un elemento de estilo, pero consiguiendo, gracias a la maestría de Isabelle Huppert un pequeño milagro en el que la relación entre mundos adversos estalla con fuerza.

Àngel Quintana