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Entre lo mitológico y lo totémico y la reconstrucción realista de la guerra civil en Angola y las consecuencias derivadas de la misma se mueve Nayola, el primer largometraje de animación del realizador Jose Miguel Ribeiro y primera producción animada de la industria cinematográfica portuguesa, seleccionada en la 41 edición del Festival de Cine de Animación de Annecy. Un relato que parte de la adaptación del guionista Virgilio Almeida de la obra de teatro original titulada A Caixa Preta (La caja negra), obra de Jose Eduardo Agualusa y Mia Couto, y que para narrar la historia de una madre y una hija separadas por el conflicto, se bifurca en dos relatos paralelos y a la vez concéntricos, situando la acción alternativamente entre 1995 y 2011.

Al igual que la estructura narrativa de la cinta y el relato adaptado, las formas que elige Jose Miguel Ribeiro para trasladar la historia a partir de las técnicas de animación son similares. Oscilando entre el uso de técnicas tradicionales 2D y un 3D que se acerca formalmente a una cierta clase de cel shading texturizado, donde la reconstrucción del relato histórico e historicista, es invadido de manera sugerente por una cierta clase de abstracciones plásticas, a partir de ensoñaciones, recuerdos e intromisiones sugerentes de lo fantastique en lo real, partiendo de un estilo que aúna con pericia y de manera totalmente orgánica, lo abstracto junto al simbolismo tribal y la paleta y el trazo híbrido entre el post-impresionismo y el expresionismo. Todo para contrastar el presente y el pasado de una Angola y una madre y una hija que aunque difieran en lo aparentemente externo, son causa y consecuencia de un país y una población que con diferentes armas (las literales o las provenientes y salidas de la cultura y el folklore) intentan combatir los totalitarismos y la erupción de la violencia, ya sea esta institucionalizada o no.