Un capítulo más en la incesante búsqueda personal emprendida, desde hace ya muchos años, por el cineasta argentino Andres Di Tella, Mixtape La Pampa no es tanto una película independiente como otra pieza de un todo mucho más amplio, de lo que podrían ser sus memoirs cinematográficas, si entendemos por ello no solo vivencias y recuerdos sino también impresiones, apuntes, incluso un recuento de lecturas y otros fetiches artísticos. Aquí el hilo conductor es doble: por un lado, un personaje histórico, W. H. Hudson, naturalista y escritor británico de origen argentino que parece ser el origen de la road movie que se propone rodar Di Tella atravesando la Pampa; por otro, su amigo Javier, ya fallecido, al que escribió unas cartas, milagrosamente conservadas, que aquí le sirven de contrapunto histórico y estructural, gracias a las mixtapes de canciones de rock argentino que aquel le grabó y que se escuchan a lo largo del film. Por supuesto, se trata de reflexionar sobre el concepto de ‘autobiografía’: de la misma manera en que Hudson ‘dejó huella’, como insiste el propio Di Tella, no solo en sus escritos más personales sino también en sus heterodoxos tratados de ornitología, el cineasta recurre a textos y fotos, filmaciones y rememoraciones, reflexiones históricas y filosóficas, para hacerse presente una y otra vez, para no ceder a la desaparición que conlleva toda experiencia humana. La película, así, resulta exuberante, desbordante, pero también, a veces, cede en exceso a la pasión por la anécdota por encima de la sugerencia, se lanza a una voluntad de abarcarlo todo que va en detrimento de su estructura raramente fragmentaria, quizá su mejor virtud. Carlos Losilla