Dividida en siete segmentos complementarios, narrados cada uno de ellos por un narrador diferente, aportando una mirada poliédrica a la figura representada, Liborio es la ópera prima del cineasta dominicano Nino Martínez de Sosa (estrenada en el pasado Festival de Rotterdam) tras una carrera centrada en el documental. La cinta narra el relato del Papa Liborio, líder espiritual e icono de la lucha campesina de la República Dominicana en el siglo XX que durante 1915-1916 resistió los embites de la invasión estadounidense.
Una obra atmosférica cuya propuesta formal se basa en la cámara en mano que, a través de una mirada y un objetivo discreto y nada intrusivo, plasma sin entrometerse en lo mostrado por sus imágenes, más cercano a la comunidad que le sigue fervientemente y distanciándose prudencialmente de la figura central de la obra. Un relato que prefiere la sugerencia y la aproximación sensorial a la figura representada y analizada, a las atmósferas y las percepciones sensoriales de los entornos en los que se movía el protagonista del relato, todo ello desde un punto de vista equilibrado, que la acerca más a trabajos precedentes que ahondan en los mecanismos de la fe, en especial Silencio de Martin Scorsese o El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, que a las maneras y formas de un biopic al uso.