Tragicomedia romántica que forma parte de esa cuota francesa ineludible en el festival, Les Magnetiques funciona para el público francés porque habla de los años 80 (la victoria de Miterrand, el Berlín dividido, los jóvenes rebeldes y modernos, las radios libres y aquel ambiente en Francia) con una clara entonación nostálgica que viene reforzada a través, esencialmente, de la tonalidad ocre que determina todo el metraje y de en una selección musical que recoge muchos de los grandes hits del momento (algunos internacionales pero sobre todo franceses). El hecho de que parte de su interés recaiga en el hecho de mostrar (de manera insistente) los ya antiguos casettes de música camina en la misma línea.

Por eso lo de menos es que sea la historia de dos hermanos (uno niño bueno y el otro enfant terrible) enamorados de la misma mujer. Es lo de menos porque ni hay profundidad ni tampoco desarrollo en ninguno de los personajes y porque la puesta en escena resulta meramente funcional. Solo resultan destacables un par de secuencias en las que, casi a modo de performance, el protagonista experimenta con el sonido y el montaje (en un homenaje a la música conceptual) mientras la cámara le sigue como si de un baile se tratara.

Jara Yáñez