Print Friendly, PDF & Email

Cuenta Luána Bajrami que fue durante el rodaje con Céline Sciamma de Retrato de una mujer en llamas (donde daba vida al personaje de Sophie) cuando entendió que quería dedicarse a la realización. Con guion propio e interpretando ella misma a un personaje, la película de Bajrami parte de una excusa autobiográfica: el hecho de ser francesa, pero de origen kosovar, y el modo en que esto le permitió entender las dificultades a las que las jóvenes del pueblo donde ella iba a pasar las vacaciones debían hacer frente a la hora de afrontar su futuro. La película se desarrolla de hecho en ese mismo pueblo y se centra en tres mujeres jóvenes con familias en las que viven no solo incomprensión y frustración sino también violencia física y sexual, que tratan de estudiar, sin éxito, en la universidad. La frustración que provoca en ellas la imposibilidad de encontrar vías alternativas de escape y emancipación, les conducirá a una delincuencia festiva pero fatal: son las ‘leonas que rugen en la colina’ a las que hace referencia el título en un juego simbólico llamativo pero quizá demasiado obvio. La película tiene fuerza y conecta con sus personajes a través de una cámara ágil que se pega a sus rostros para transmitir toda esa energía física y emocional. Sin embargo, y más allá de una poderosa imagen (de nuevo de carácter simbólico) que de pronto acerca el film al cine gore, La Colline oú rugissent les lionnes se hace algo redundante, desestructurada y simple.

Jara Yáñez