Director ya veterano (58 años) y con ocho largometrajes anteriores en su haber, Wang Chao cuenta aquí la historia de una humilde trabajadora en una fábrica textil que consigue abrirse camino con fuerza y determinación, tras dos matrimonios desgraciados, con tres hijos a su cargo y a pesar de sus duras jornadas laborales, hasta convertirse en escritora. Una trayectoria condicionada, en buena medida, por los dramáticos avatares históricos de su país, desde finales de los años sesenta (la barbarie de la Revolución Cultural maoísta) hasta principios de los ochenta, siempre bajo la vigilancia, el control y la asfixia impuesta por la dictadura del Partido Comunista. El drama individual –principal objeto de atención por parte del relato– se despliega sobre el telón de fondo de las circunstancias impuestas por las sucesivas fases de aquel desarrollo histórico. La puesta en escena del film consigue extraer las mayores dosis de sinceridad y verosimilitud de los registros más íntimos y silenciosos de la protagonista, pero no logra impedir una articulación más bien mecánica de las relaciones entre su historia personal y el trasfondo político, que comparece de forma intermitente en la narración sin especial fuerza ni convicción, en una serie de secuencias un tanto rutinarias. El resultado es una película correcta, pero un tanto cansina en su ritmo y demasiado dependiente del guion, amén de ser escasamente novedosa en la filmografía de su país.
Carlos F. Heredero