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La primera película como director de Jesse Eisenberg conserva algo del compromiso que había mostrado en sus papeles como actor, en especial en Night Moves (Kelly Reichardt). When You Finish Saving The World presenta a unos personajes que buscan a toda costa reflejarse en otros, por más que no acaben de encontrar en quién. En la familia protagonista, los Katz, la madre Evelyn (Julianne Moore) es la directora de un centro de acogida de mujeres maltratadas y se siente defraudada por la falta de compromiso de su hijo adolescente Ziggy (Finn Wolfhard), cantautor y exitoso streamer que solo busca ganar dinero. Por su lado, a Ziggy le gusta una compañera de instituto, Lila (Alisha Boe), pero su genuino compromiso político es una barrera insalvable. Mientras, el padre (Jay O. Sanders) es la figura más estática, un académico obsesionado con su trabajo y que solo ve la vida desde la perspectiva de sus lecturas: si le pregunta a su hijo cómo le va es solo porque acaba de leer un artículo sobre el suicidio adolescente. Así que, dejando a un lado al padre, la película de Eisenberg desarrolla en paralelo las historias de Ziggy y Lila y la de Evelyn con Kyle (Billy Burk), el hijo de una mujer a la que acoge en su centro. Evelyn ve en Kyle un modelo de lo que debería ser Ziggy, sin descartar un más que evidente deseo sexual. Pero esta historia de desencuentros es también una historia de decepciones cuya máxima virtud es el equilibrio con el que Eisenberg, mejor escritor que director (poco distancia esta película de tantas y tantas producciones independientes norteamericanas, como si todas respondiesen a una misma plantilla de puesta en escena y postproducción), se mueve entre el drama y la comedia, comprendiendo a sus personajes sin llegar nunca a tomárselos muy en serio, tampoco a ridiculizarlos. La mejor prueba es su elegante final, una suerte de callejón sin salida que lentamente funde a negro.

Jaime Pena