El teatro está vacío. Es el escenario mítico de Bouffes du Nord, el teatro parisino de Peter Brook. Un hombre desnudo atraviesa la gradería y se coloca en el centro de la escena. Es un hombre viejo y su cuerpo muestra todas las arrugas de la edad. El hombre empieza a mover su cuerpo, como si estuviera haciendo ejercicios, emite algunos sonidos guturales, se sienta en el piano e interpreta una pieza. Hay un momento de silencio y el hombre empieza a contarnos su vida. Wang Xilin nació hace 86 años y su memoria atraviesa todas las contradicciones y toda la represión provocada por la revolución cultural. El hombre cuenta cómo su música surgió del dolor de su pueblo, cómo su aprendizaje estuvo sujeto a los designios de la revolución cultural que preferían su conciencia de clase que su trabajo formal y cómo su música continúa hiriendo en la China actual. Después de las palabras escuchamos sus sinfonías, que tienen un tono grandilocuente, pero Wang Xilin nos dice que en ellas está el movimiento de un pueblo encadenado que no encuentra sus caminos para la libertad. Wang Xilin vive actualmente en Alemania, donde está exiliado. Man in Black fue rodada durante tres días. Àngel Quintana