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Existe una cierta opacidad y brumosidad en los fotogramas que componen Nocturnal, el primer largometraje de ficción de la cineasta italiana –pero afincada en Dublín– Nathalie Biancheri. Porque, a partir de un dispositivo aparentemente transparente y un objetivo que nunca se aleja de sus protagonistas, la cinta se escinde en dos partes, dos mitades, dos puntos de vista y dos líneas temporales que se fusionan en una, al centrarse en la ambigua relación entre un treintañero que malvive de trabajos temporales en un pueblo de la costa irlandesa y una adolescente recién llegada a la localidad. Todo desde un formato 1,33:1 que oprime y reúne de manera intermitente en el plano a sus protagonistas, reflejo a su vez de la asfixia de una localidad portuaria donde la historia parece repetirse incesantemente, y unos protagonistas cuyos rostros, filmados en primerísimo primer plano, rehuyen o afrontan –dependiendo de los acontecimientos revelados en la narración– el objetivo de la cineasta.

Y es que su ajustado metraje, de escasos ochenta y cuatro minutos, permite a Biancheri destilar el contenido y las secuencias desde sus primeros compases, donde nos presenta a su protagonista masculino, Pete, de manera tan parca como contundente. Una presentación que, al igual que el secreto que guarda el personaje, se va revelando sin necesidad de golpes de efecto o explosiones formales, sino a partir de sutiles transformaciones en su puesta en escena, ya sea a partir de esos primeros planos esquivos antes mencionados o desde elementos apenas intuidos en lo más recóndito de sus encuadres, fundamentales para ir reconstruyendo un relato que nos habla de errores del pasado, relaciones interpersonales, paternidades accidentadas, masculinidades en tela de juicio y el deseo sexual irrefrenable fruto de la adolescencia. Todo ello, a través de una propuesta formal que incluso evita la remarcación sonora, desnudando a las imágenes de un score que realce el drama, para hacer uso de una pista de audio donde lo extradiegético se convierte en diegético y viceversa.