Print Friendly, PDF & Email

Primera película de Pakistán programada en el Festival de Cannes, Joyland mantiene un punto de contacto temático, que no estético, con Tchaikovsky’s Wife en su abordaje de la represión de las formas de sexualidad no heteronormativas a partir de sus repercusiones en la esposa hetero de un hombre gay. La película arranca como una comedia dramática centrada en una familia de clase media, los Rana, religiosa pero no radical, en la que el hermano menor Haider, casado pero sin hijos, se encarga de tareas consideradas tradicionalmente femeninas: cuida de sus sobrinas, ayuda en casa, espera a que su esposa regrese de la peluquería donde trabaja… Cuando el joven encuentra un empleo como bailarín en un club, la película abandona el ámbito doméstico para retratar otra realidad: los ambientes nocturnos de tolerancia queer donde reina Biba, una cantante trans de la que se acaba enamorando el protagonista. Pero el nuevo trabajo semiclandestino del pequeño de los Rana acarrea consecuencias para su esposa Mumtaz, a quien obligan a dejar su empleo para que se ocupe ahora ella de las tareas del hogar.

Joyland es una muestra de cine queer contemporáneo en su retrato diverso de las diferentes opresiones y disidencias bajo un sistema heteropatriarcal en el Pakistán de hoy en día. Desde la actitud decidida de Biba a la mucho más dubitativa de Haider pasando por las frustraciones que acumula Mumtaz, Saim Sadiq deja claro que las experiencias queer en su país no se pueden reducir a una única expresión. Una escena clave del film es la que recoge el intento de relación sexual entre Biba y Haider, frustrada por la confusión de roles del joven. La película de Sadiq arranca como una comedia dramática con ciertos tintes coloristas para ir desplazándose hacia el drama, aunque resulta más remarcable en su visibilización de las dinámicas cotidianas de la represión patriarcal que en su desenlace trágico.

Eulàlia Iglesias