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Con el sello de Cannes y tras pasar por el Festival de Toronto, el quinto largometraje documental del realizador congoleño Dieudo Hamadi se embarca en una odisea fluvial que también asume trazos de duelo bíblico, de desigual enfrentamiento entre David y Goliat. Pongámonos en antecedentes: durante la llamada ‘Guerra de los seis días’ los ejércitos de Uganda y Ruanda libraron una cruenta batalla en Kisangani, una localidad al norte de la República Democrática del Congo, que costó la vida a 4000 congoleños y dejó más de 3000 heridos. Diecinueve años después de la masacre, un grupo de víctimas, la mayoría de ellas mutiladas, emprende un viaje de 1700 kilómetros a través del río que da nombre al país para llegar a la capital y reclamar sus derechos. Hamadi asume su implicación en la pelea reivindicativa y acorta al máximo la distancia que separa el objetivo de la cámara de sus conciudadanos: aquí no se rehúyen los problemas internos ni se obvia ninguna de las muchas adversidades que la maltratada expedición ha de afrontar, ya sean los temporales de viento y lluvia, la escasez alimentaria, las penurias económicas o las trabas burocráticas.

Hamadi no niega el alud de contrariedades que amenazan con arrasar a los habitantes de Kisangani, quizá por ese motivo su película se torna por momentos épica, cuando el tesón de ese grupo de irreductibles desheredados se muestra dispuesto a pelear por su dignidad, ya sea a grito pelado frente a la sede parlamentaria, ya sea contando su verdad en las radios de una Kinshasa que, en esos días, vive agitada por la efervescencia electoral. La lucha homérica de este humilde ejército de lisiados queda empañada por una realidad implacable, desoladora, ordenada en función de los intereses tecnócratas de una república en caída libre. Los interludios teatrales, en los que los protagonistas reviven los traumas de la guerra por la vía de la representación y que les han de servir, también, para ensayar la petición de ayuda ante sus supuestos representantes, aparecen como pacíficos remansos en mitad de una riada que anuncia una destrucción total.