Retrato de la adolescencia femenina en la Argentina bonaerense contemporánea, la nueva película de Inés Barrionuevo (cineasta bien conocida en Donosti, donde ya estuvo con sus trabajos anteriores: Atlántida, 2014; y Julia y el zorro, 2018; y ganadora de la Biznaga de Plata en la sección Zonazine del pasado Festival de Málaga con Las motitos) tiene en su centro a la joven Camila que da título al film, obligada a mudarse a la capital cuando su abuela cae gravemente enferma, y donde debe integrarse en un instituto privado de ideario tradicional. El choque de la mentalidad liberal y desinhibida de la chica con los rígidos códigos del colegio y con los comportamientos de algunos chicos está en el médula de esta radiografía que, en el fondo, no va mucho más allá de ofrecer un retrato generacional trazado, eso sí, con impecable registro conductista y sin apenas diálogos explicativos, lo que siempre se agradece. La historia desemboca, abiertamente, en la reivindicación de los valores feministas (las manifestaciones en favor del derecho al aborto, todavía recientes en Argentina), en la defensa de libertad sexual (incluida, por supuesto, una práctica fluida e intergénero de la misma) y en la denuncia del acoso machista que sufren las mujeres. Conectada directamente con las pulsiones más actuales de la necesaria lucha feminista en su país, Camila saldrá esta noche se queda ahí, porque cinematográficamente su alcance es muy limitado.
Impulso y alcance en la industria cinematográfica.