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Quizás con la intención de proponer una metáfora sobre las cloacas que comunican al poder gubernamental con la teocracia islámica sunita en el Egipto contemporáneo, Tarik Saleh propone aquí una especie de thriller político que puede guardar algunas resonancias con El nombre de la rosa en tanto que transcurre, casi íntegramente, en el interior ­–en los despachos, en las conspiraciones y en la trastienda más oscura– de la Universidad Al-Azhar, enclave supremo del adoctrinamiento religioso en el país. Y cabe decir quizás, porque ni la trama ficcional tejida en torno a estos asuntos tiene la suficiente consistencia (por su ingenuidad, por su simpleza, por lo caprichoso y lo mecánico de sus giros de guion), ni las imágenes llegan a tener nunca suficiente espesor y densidad para constituirse en esa hipotética metáfora cuyo protagonista (sin duda, intencionadamente) es un personaje indefinido, dotado de misteriosas capacidades para el aprendizaje del islam y también de un fondo de bondad congénita que lo convierte, supuestamente, en ese ‘hijo del cielo’ al que alude el título de film. Por desgracia, la mecánica conspirativa del relato se arrastra de manera cansina y prolija a fuerza de evidencias y ninguno de los personajes alcanza ni el misterio, ni la maldad, ni el enigma suficiente como para soportar una propuesta dramática de esta naturaleza. Otro fiasco más de la sección oficial.

Carlos F. Heredero

Egipto es una república árabe en la que el islam es la religión oficial que considera que el Corán determina las leyes. En este contexto, hay algunas normas que pueden perturbar los pactos claves entre el Estado y el islam, buscando extraños equilibrios. A partir de estas premisas Tarik Saleh -director de El Cairo confidencial– construye un thriller político en torno a la crisis que surge dentro de la Universidad Al-Azhar de El Cairo, epicentro del poder sunita, cuando se muere el gran cheikh y el Estado quiere buscar una solución que le resulte cómoda, ya que los cambios en la Constitución convierten el poder religioso en vitalicio. En medio de este conflicto político se produce la muerte de un joven que trabajaba como espía para los servicios del Estado. Un agente secreto decide reclutar a un prestigioso joven estudiante para que mueva una serie de hilos en el interior de la institución que permitan desbancar el poder de los Hermanos Musulmanes y encontrar un fuerte equilibrio entre el Estado y la religión. Tarik Saleh construye una especie de El nombre de la rosa en el interior del profundo islam sunita en el que los imanes se apuñalan entre sí para conquistar el poder, mientras el chico del cielo -un personaje poco definido- intenta actuar al servicio de unos intereses de estado que pueden volverse en su contra o convertirlo en una esperanza de futuro. Tarik Saleh lleva con buen ritmo este thriller conspiratorio, pero sobre todo destaca la valentía de la producción para penetrar en las cloacas del Estado egipcio y desvelar algunas cosas oscuras que se esconden tras los muros de las grandes mezquitas.

Àngel Quintana