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A por nuevas conquistas (República Checa).
Jonay Armas.

En 1973, el artista César Manrique se hizo con la antigua Escuela de Artes y Oficios de la isla de Lanzarote, reconvertida después en centro cultural y refugio de la vanguardia. Una referencia para el arte en un lugar a todas luces desierto. Tras permanecer años cerrado, ya con el nombre de El Almacén, el sueño de la Muestra de Cine Europeo era recuperar aquel espacio en una suerte de gesto poético. Un espacio que, tiempo atrás, acogía el único reducto de la isla en el que podía verse un cine que escapara de lo convencional. El cambio de sede ha coincidido con un salto en las ambiciones y en la programación que se ha visto reflejado incluso en el propio cartel de esta edición: un niño que salta al vacío con la misma ilusión y valentía que el certamen.

La muestra no se limita a recoger lo mejor que ha dejado el cine europeo durante el año: una línea de programación muy personal ha configurado un hermoso poliedro de miradas que dirigen la vista hacia el futuro, además de observar los temas del presente: la presencia de Rita Azevedo Gomes, Federica Di Giacomo y Alba González de Molina permitió establecer un diálogo entre tres generaciones distintas de mujeres cineastas. El evento contaba por primera vez con un jurado, que distinguió El futuro perfecto, de Nele Wohlatz: una sencilla exploración del extranjero en tiempos modernos que enriquece su puesta en escena a medida que el personaje protagonista aprende el idioma de su nuevo país de residencia. Una mención especial reivindicó además a The Challenge, de Yuri Ancarani, personalísimo acercamiento a la vida privada de los magnates árabes en Qatar conducido a través de un poderoso y seductor sentido de lo estético. Victor Moreno, director de la muestra, se alegraba por la presencia de los jóvenes gracias a la colaboración con los centros educativos y a la participación de un jurado joven que llevó nuevos rostros a las salas. En efecto, era difícil ver en la cabecera de la muestra (proyectada antes de cada película) a César Manrique recorriendo la isla e imaginando nuevos mundos y no pensar que algo había cambiado.