Print Friendly, PDF & Email

El cine de Ted Fendt es austero, la superficie de sus imágenes parece sencilla y, sin embargo, detrás de ese estatismo ascético hay un cuidadísimo trabajo de composición visual que, eso sí, desdeña cualquier tipo de exhibicionismo. Una concepción del arte de filmar muy en sintonía con los personajes que retrata, en este caso un grupo de amigas que intercambian visitas entre Berlín y Viena. En una de las primeras secuencias de este tercer largometraje del director norteamericano veremos a una de las chicas mirar por la ventana, solo que el diseño del plano, compuesto por un doble reencuadre, negará el exterior y encajonará su rostro entre marcos y cristales. Fendt aprovecha la arquitectura de esos diminutos pisos de estudiantes como un elemento dramático más para señalar esa situación de impasse que viven Natasha, Mia y Daniela (y cuando las filma sin ninguna interposición los encuadres apenas tienen aire). Si, por las conversaciones que mantienen entre ellas, sabemos que la primera está pensando en mudarse definitivamente a Viena (pero no lo acaba de ver claro), la segunda está terminando un máster que ha empezado no sabe muy bien por qué y la tercera desconoce si quiera donde quiere vivir, se ve aun con mayor clarividencia la intencionalidad en la planificación del director de Short Stay (2016). He aquí una generación de veinteañeras tardías (coautoras del guion) que padecen insomnio y estrés, pero a las que no vemos hacer nada más que pasear, afectadas por una ansiedad mínima (pero presente) y una indolencia que parece contagiosa. Todo eso en una película en la que se habla de museos (lugares para la contemplación), de una editorial de libros de autoayuda (llevada por gente con serias dificultades para planificar un futuro a corto plazo) o de ritos de paso funerarios (¿serán capaces las protagonistas de acceder al siguiente nivel?), asuntos aparentemente banales que, no obstante, reflejan la existencia de un angst generacional que no está marcado por la ira contestataria, sino por una apatía a la vez amable y triste.