Dafna Levin, creadora de Oforia (2012), pasó por Madrid el pasado otoño, en el marco del Serielizados Fest y dejó algunas impresiones sobre su serie y la adaptación estadounidense. Esta ficción serial israelí de la plataforma televisiva Hot, según comentaba su propia autora, trata de reflejar procesos traumáticos y postraumáticos de la juventud actual. Este es el objetivo de Sam Levinson al adaptar este serial al contexto cultural específico que da lugar a la Euphoria (2019) estadounidense.
Euphoria introduce una serie de descartes adaptativos (traducción propia muy libre del concepto Cultural Discount de Hoskins & Mirus, 1988) que adecúan estética y narrativamente Oforia al mercado estadounidense. Levinson recrea el ambiente original con una puesta en escena más radical y contundente, que recuerda a su trabajo previo en Nación salvaje (2018) y le dota de una estética propia y diferenciada de otras propuestas juveniles coetáneas como The End of the F***ing World (2017), Sex Education (2019), The Sex Lives of College Girls (2021) o Genera+ion (2021). A nivel narrativo Euphoria trata de ir más allá que la serie original israelí, quizás por la ventaja temporal de hacerse siete años después, y se atreve a dar el papel protagónico y esencial al personaje trans de Jules (Hunter Schafer) que no existe en Oforia. La primera apela sistemáticamente al universo narrativo de adolescentes en su último año de instituto, mientras este elemento pasa totalmente desapercibido en Oforia que se localiza en su mayor parte en las calles de alguna ciudad israelí. Como contaba la propia Levin, su serie fue objeto de censura, ya que un comité de moralidad audiovisual israelí la relegó a la madrugada como hora de emisión. Es evidente que la propuesta original jugó más en los márgenes de su contexto de producción.
Pero, quizás el elemento de ruptura más destacable de Euphoria con respecto a Oforia sea la canalización del relato en base a las figuras paternas traumáticas de los principales protagonistas. El padre de Rue (Zendaya), que muere cuando esta tiene trece o catorce años, el de Cassie y Lexi, que desaparece para no volver, Cal, homosexual reprimido, padre accidental de Nate fruto de un embarazo no deseado y una última, la del adolescente traficante local, Fezco, cuyo padre solo aparece de oídas en el relato y no precisamente para dejarle en buen lugar. Son cuatro de los personajes más importantes de la serie, que tendrán una adolescencia atravesada por esta ausencia o pérdida. Sus problemas de socialización (Lexi), sus psicopatías narcisistas (Nate), su adicción (Rue) o el tráfico de drogas (Fezco), se explicarán a partir de ahí y también a partir de ahí brotarán otra serie de tramas que conforman el árbol narrativo de la serie con una identidad y desarrollo propios, perfectamente distinguible de su fuente de inspiración primaria. EDUARDO VEGA GARRIDO