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Hong Sang-soo con el rostro cansado y envejecido subió al estrado de la Quincena de Cineastas para contar que todo iba bien excepto su visión. Al hablar de su última película dijo que solo la había escrito para poder trabajar con un viejo actor y una actriz que le fascinaban. Cannes, Venecia y Berlín parecen no tener derecho a existir si en alguna de sus secciones no hay alguna película de Hong Sang-soo, el cineasta coreano supera aquella máxima de Fassbinder de “ya descansaré cuando esté muerto” y no cesa de realizar películas para los grandes festivales. La diferencia entre Hong Sang-soo y Fassbinder es que el cineasta coreano es más perezoso.

In Our Day es una película rodada con pocos medios, a partir de un proceso de depuración en el que el cineasta asume cada vez más funciones y con unos planos cada vez más largos. En esta ocasión rueda toda la película a partir de dos espacios. En el primero hay tres mujeres, una de ellas con vocación de actriz, que conviven con un gato que en un momento se pierde para acabar siendo reencontrado. Las mujeres hablan de su gato llamado ‘nosotros’ pero también hay una conversación sobre el coraje que hay que asumir para ser actriz. En el segundo grupo hay un poeta alcohólico que decide dejar la bebida, una chica que filma un documental sobre él y un joven admirador. A medida que se filma el documental, el hombre cae en la tentación de la vida y de forma lúcida habla del sentido de la vida y acaba constatando que “la verdad es la peor respuesta a toda pregunta”. Hong Sang-soo también nos dice que filmando pequeños momentos de la vida cotidiana se puede conseguir llegar a un cierto público. En In Our Day no provoca ningún cruce de caminos, ni juega con el fuera de campo, no realiza variaciones en torno a ciertos puntos de vista. Lo único que relaciona las dos escenas es que en el apartamento de las chicas con gato, una de ellas toca la guitarra y en el apartamento del poeta este regala una guitarra a la joven cineasta. Las películas de Hong Sang-soo a veces son menores, otras son más interesantes, otras pueden ser brillantes y otras muy perezosas. Sin embargo, Hong Sang-soo es el cineasta de todos los festivales y, por tanto, todos le rinden admiración, culto y pleitesía. Àngel Quintana