“A partir de los cuarenta una mujer empieza a oscurecerse, a desaparecer, a desvanecerse como una nube.” Frases como esta –lapidariamente hermosas y para enmarcar– inundan con inteligencia y la mayor de las sensibilidades los diálogos del perfecto cuadro romántico en movimiento de Marie Kreutzer: un retrato sobre la Sissi Emperatriz madura, rebelde y en crisis de decadencia personal. Pero no es el punto de vista del biopic en sí mismo, ni tampoco siquiera la inagotable y llena de aristas reivindicación feminista del siglo XXI lo que hace tan enorme a la catedral cinematográfica de Kreutzer. Lo genuino y gigantesco en su metraje es su personalísima voz, su pintura vibrante y la ejecución de lo que para otros es un arpegio imposible. El milagro Kreutzer clama un análisis fílmico detallado plano a plano para redimensionar una y otra vez su obra: una orfebrería cinematográfica medida al milímetro.
De la mano de Kreutzer el personaje histórico de Isabel de Baviera, la Emperatriz que jamás encontró su lugar en la opresiva corte de Viena: toca techo, droga sus ansias de libertad, se corta los convencionalismos y, finalmente, tras bañarse en su depresión se precipita hermosamente al vacío por su propio pie. Obra imborrable y de constante metafórico discurso, convertido en referente formal desde el primer minuto, la película de la directora austriaca es sutil y penetrante hasta el alma. Su prestidigitación incluye música contemporánea (de Camille, entre otras composiciones). Una decisión musical de estilo que recuerda, por ejemplo, a la Maria Antonieta (2006) de Sofia Coppola o, más recientemente, a la Miss Marx (2020) de Susanna Nicchiarelli, pero que en Kreutzer resulta una mezcla de ecos nueva debido a su fascinante maestría en el uso de todo tipo de recurso cinematográfico habido y por haber.
Corsage alza la cabeza como ensayo profundísimo sobre el dolorosamente asfixiante corsé que seguimos soportando todas las mujeres.
Raquel Loredo
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Arrancamos el año en ‘Saltos de eje’ reivindicando la importancia y el potencial del cine de animación como una forma de expresión cinematográfica que va mucho más allá del habitual cine infantil o familiar.
Para ello, contamos con uno de los grandes referentes del cine animado español: Alberto Vázquez. Convertido ya en un clásico de los premios nacionales desde que en 2012 ganase el Goya al Mejor Cortometraje animado por su excelente Birdboy, este año vuelve a estar en el punto de mira por su incómoda y arriesgada película Unicorn Wars, sin duda una de las favoritas por muchos espectadores para llevarse al Goya al mejor largometraje de animación de este esta edición.
Guión y comunicador: Diego Rufo
Imagen gráfica y técnico de grabación: Jaime Garzía
Producción de podcast: Iván Patxi Gómez Gallego
