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Hace ya bastantes años que cuesta mucho trabajo reconocer al creador de películas como En el curso del tiempo, Alicia en las ciudades, El amigo americano o París Texas en realizaciones como Palermo Shooting, La sal de la tierra, Los hermosos días de Aranjuez o El papa Francisco: un hombre de palabra. Y desde luego no será Anselm la pieza que le saque de ese culturalista cine de qualité con ambiciones artísticas en el que se deja enredar cada vez con mayor frecuencia. En este caso, para dar forma, en formato 3D, a una evocación de la obra pictórica y escultórica del artista alemán Anselm Kiefer, nacido como él en 1945 y hoy convertido en figura de repertorio en prestigiosos museos de todo el mundo. Wenders se pasea con benevolencia acrítica y suntuosa por los alrededores de sus obras, introduce a dos figuras de ficción (Anselm niño y Anselm joven) para tejer un bordado narrativo que aspira a indagar en la trayectoria vital y artística de su protagonista, pone música engolada y fotografía preciosista. El resultado (muy arty, eso sí), resulta tan aburrido como previsible, y mucho temo que tampoco pasará a la historia de los documentales sobre arte. Solo cabe esperar a encontrarnos con un Wenders muy diferente en la segunda película suya que ofrecerá Cannes: Perfect Days (en competición, el jueves de la semana que viene). Carlos F. Heredero