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Coincidiendo con Les Harkis de Philipe Faucon, el festival inauguró la sección ‘Un Certain Regard’ con otra película que, aparentemente, lleva a cabo una revisión del pasado colonial francés. La película puede considerarse como una revisión ambigua que desemboca en el patriotismo más insulso. Tirailleurs se sitúa en la Primera Guerra Mundial, cuando los altos mandos del ejercito francés entraban en Senegal y secuestraban a los jóvenes en edad militar para reclutarlos, llevarlos a campos de instrucción y utilizarlos posteriormente como carne de cañón en las batallas. El planteamiento es muy interesante, pero desemboca en una especie de melodrama sobre las relaciones entre un padre y un hijo que son reclutados para el ejército. Estas tensiones acaban trágicamente y el director Mathieu Vadepied lleva a cabo un giro en el que, en vez de criticar la política colonial de la época, acaba convirtiendo a uno de estos hipotéticos soldados en una réplica del soldado desconocido. La película acaba bajo el Arco del Triunfo en París mientras la voz en off insinúa que entre los que murieron por la patria también estaban los senegaleses y que en la tumba de la Place de l’Étoile quizás esté el cuerpo de uno de ellos.

Àngel Quintana