Gerard Alonso i Cassadó.
Durante un año, el artista francés Pierre Huyghe realizó un experimento en un antiguo museo etnográfico. Encerró a un grupo de personas, ocultas bajo unas máscaras, para que recrearan una serie de rituales humanos: un juicio, un acto de coronación, una orgía… Estos actores podían interactuar con estos ritos como quisieran, ejecutando obedientemente sus roles, intercediendo en ellos o alterándolos a voluntad. Durante tres días (El Día de los Muertos, el Día de San Valentín y el primero de mayo), un grupo de personas externas al experimento, y despojadas de las máscaras, pudieron acceder al recinto para ejercer de observadores de este universo construido. El objetivo de Huyghe era ver qué ocurre cuando nos enfrentamos a un ritual despojado de su poder simbólico, alienado en su propia mitología.
The Host and the Cloud es, en este sentido, un experimento absolutamente fallido y, por ello, una película fascinante. Porque lo explicado en el anterior párrafo no es más que el punto de partida de una obra que acaba regocijándose en su extrañeza para convertirse en algo totalmente distinto. El poder de seducción de la película, a priori un mero ejercicio observacional, deriva de todo aquello construido a su alrededor: sus imágenes, su hipnótica ambientación, el uso de la música… Huyghe tiene la generosidad de mostrarnos cómo su experimento se le va de las manos y acaba adoptando sus propias reglas. Es la génesis de un mundo que se hace a sí mismo y de un autor que no duda en dejarse llevar, arrancándose el corsé a priori autoimpuesto. Por ello, The Host and the Cloud acaba derivando en una especie de sueño lynchiano. No es casual en este sentido la presencia del tema principal de Mulholland Drive, el afectado uso de la iluminación o la existencia alegórica de un conejo antropomorfo, que parece salido de Inland Empire, y que invade el ensayo con su mera presencia. De este modo, la obra reincide en las preocupaciones artísticas de Huyghe: la relación entre lo real y lo ficticio y el latido independiente del arte que escapa a la voluntad de su creador.
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