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Carlos F. Heredero.

Tres nítidas y contundentes apuestas organizan la presente entrega de Cahiers-España como consecuencia de una lectura crítica de la realidad que vive el flujo cinematográfico del presente. Tres apuestas que apuntan hacia otros tantos territorios muy diferentes entre sí, ciertamente, pero de complementaria significación en la radiografía del audiovisual contemporáneo. Tres apuestas que implican otras tantas reivindicaciones: 1) la urgencia de la necesaria edición (de una edición que merezca tal nombre, es decir, solvente, documentada y rigurosa) de cine clásico en DVD; 2) la vitalidad creativa que destila esa “pequeña gran pantalla” en la que se ha convertido la cantera de la ficcion televisiva norteamericana durante los últimos años; y 3) la luz estimulante que proyectan, desde sus “pequeñas grandes pantallas”, dos películas tan humildes como frágiles en su musculatura industrial, tan apasionantes y luminosas en sus respectivos retos creativos como reveladoras –quizás a su pesar– de la coyuntura que vive hoy el ámbito de la exhibición: Singularidades de una chica rubia, del centenario Manoel de Oliveira, y Yuki y Nina, de Nobuhiro Suwa e Hippolyte Girardot.

La articulación de estas tres instancias en relación con la oferta disponible en diciembre deja en evidencia la pobreza rutinaria de la programación comercial en las “grandes grandes pantallas”. De esta manera, y a salvo de las novedades sobre el cine en 3D que supuestamente debería ofrecer el Avatar de James Cameron (una película de la que nada se puede decir aún con verdadero fundamento, puesto que su estrategia de lanzamiento ha impedido deliberadamente su visionado con la suficiente antelación), el diagnóstico sobre aquella oferta no puede ser otro que el de un “estado de alarma” frente al que emerge, a despecho de sus poderosos tentáculos, el destello creador de todos aquellos interesados en explorar realmente nuevos lenguajes para la comunicación.

Esta triple apuesta se complementa aquí, de forma no premeditada pero sí reveladora, con el análisis crítico del actual estado de las cosas en las aguas siempre turbulentas del cine español, ahora que la voluntad legislativa de diferentes instituciones estatales (ICAA, Ministerio de Cultura, Gobierno de España y Generalitat de Cataluña) ha entrado en colisión y en connivencia –simultáneamente– con diferentes sectores profesionales afectados por ese ímpetu legislativo del que sólo debía esperarse, como muy bien dice Jordi Balló desde la tribuna de la firma invitada, que sirva realmente para “dar más fuerza a lo frágil”, a lo que “está maltratado injustamente por las actuales reglas del juego”.

Y precisamente por ello, porque no nos gustan nada algunas de estas reglas, porque amenazan con estrangular la diversidad en beneficio de la estandarización, porque entendemos que debe apostarse activamente por la recuperación crítica del patrimonio clásico, por la ficción televisiva inteligente (que llega tarde y mal a las pequeñas pantallas españolas) y por la creación indómita y sincera que se expresa en celuloide, es por lo que este número de Cahiers-España dirige su mirada hacia lo más vivo que emerge, hoy en día, de los tres ámbitos citados.