Recogemos aquí el texto aparecido en Caimán CdC nº 49 (100) sobre El verdugo, la película votada en tercera posición por los especialistas de la Encuesta Caimán:
José Enrique Monterde.
¿Dónde radica la perennidad de El verdugo? Tal vez en la extraordinaria síntesis de muchas de las mejores características de la cultura española, esas que tanto la enraízan en una tradición como la hacen casi inescrutable para una audiencia extranjera, tal como demostró su paso por la Mostra veneciana, con el único reconocimiento de FIPRESCI.
El trabajo de Berlanga-Azcona supo combinar un realismo costumbrista, capaz de documentar las difíciles circunstancias de la vida de las clases populares, con la singularidad de un caso extremo (¿cuántos ‘queridísimos’ verdugos había en España?); supo retomar la tradición sainetesca para llevarla al extremo esperpéntico, sin que la exageración desbordase la verosimilitud; supo describir las necesidades y los anhelos de personas cualesquiera, ‘sin atributos’, con una dimensión profunda, trágica, casi existencialista, en una extraña mezcla entre Arniches y Kafka; supo aunar como nunca se repetiría en el cine español el primer plano de los personajes principales y el trasfondo de los secundarios, perfecto paisaje humano de un país en la encrucijada, entre las represiones tradicionales (no solo políticas, sino morales y sexuales) y la llegada de los nuevos tiempos simbolizada por el turismo.
Pocas veces se ha alcanzado en nuestro cine –y en cualquier cine, pues la injusticia estriba en no situar al film en una escala internacional– la perfecta conjunción de logros que ya apuntaba Plácido y que compartirían obras como Calle Mayor, El pisito, Viridiana, El cochecito, El mundo sigue o El crimen de Cuenca, títulos que aún hoy constituyen lo mejor del cine español.
Mordaz y entrañable, inclemente y afectuosa, crítica y tierna, trágica y cómica, corrosiva y sensible… todo eso y mucho más ‘es’ un film cuyo paso a través del tiempo lo reafirma, sin duda alguna, como una obra maestra de cine español y más allá.
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Llegamos al capítulo 10 de este podcast de la mano de una de las personas más icónicas de la industria cinematográfica española: Ángeles González Sinde.
Con ella hemos tenido la oportunidad de hablar no solo de su relación con la legislación del sector cinematográfico y de la nueva ley del cine sino también (y sobre todo) de su carrera como guionista, de su pasión por las series y de su defensa a ultranza del respecto por los derechos de autor. Un episodio que, gracias al inagotable bagaje de Ángeles, merece la pena escuchar con lápiz y papel.
Guión y comunicador: Diego Rufo
Imagen gráfica y técnico de grabación: Jaime Garzía
Producción de podcast: Iván Patxi Gómez Gallego
https://www.ivanpatxi.es
