Dentro de la cada vez más prolífica exposición mediática de tragedias y sucesos, mediados por la sobredimensión, el sensacionalismo y la mentira, es difícil localizar honestidad y una genuina fascinación por lo insólito. Esquivando cada uno de los intentos desesperados del audiovisual actual, obsesionado por saciar el morbo de una audiencia deseosa de inmortalizar una historia, David Pantaleón y Jose Víctor Fuentes se detienen en la hipnótica emoción que confiere todo aquello que no se puede entender. Un volcán habitado evita toda esa incandescencia de sobreexposición espectatorial para ahondar en la amistad y la solidaridad de unos protagonistas en contacto continuo con el peligro. En medio de los trágicos sucesos acaecidos por el erupción del Cumbre Vieja en 2021 en la isla de La Palma, aparece el relato in situ de los hechos mediante audios de WhatsApp de los vecinos afectados. Testimonios, declaraciones y desahogos que oscilan entre la incredulidad, el hastío y la fraternidad. Cada una de estas vivencias conformaran el retrato de una experiencia ligada al particular carácter del pueblo canario. Una característica que hermana al film con la fraternal aproximación de Fire of Love (Sara Dosa, 2022), configurando una visión sincera en la que cada imagen se funda con la tragedia para nombrarla (recordarla) y al nombrarla salvaguardar de la destrucción al recuerdo. Ya que, nombrar es ensalzar, pero sabiendo que aquello que es ensalzado no es algo que permanezca en un estado invariable, ni en una inmutabilidad razonada. Ser ensalzado significa ser transformado en un ser más fuerte, capaz de renacer incluso después de haber sido empujado hacia el final del tiempo. Felipe Gómez Pinto