“He aprendido que la gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo les hiciste sentir.” Maya Angelou
La película Ivo de Eva Trobisch se adentra en el mundo de una enfermera que asiste a pacientes que están en cuidados paliativos, revelando las intersecciones entre la intimidad del cuidado y la fragilidad ante la muerte. A medida que Ivo establece relaciones con sus pacientes, la historia trata de hacer un estudio sobre la conexión emocional y sobre cómo el amor y la responsabilidad se entrelazan en el contexto del sufrimiento y la pérdida. Su labor la lleva de casa en casa, estableciendo vínculos íntimos con cada paciente. El trabajo de Ivo se entrelaza con su vida personal, especialmente a través de su amistad con Solveigh y con Franz, con quien mantiene también relaciones sexuales. Mediante un estilo naturalista, Trobisch ahonda en la complejidad de este trío y el vínculo único que han construido, tratando de comprender y transmitir las dificultades de esta relación y reflexionar sobre temas como la culpa, la responsabilidad o los límites en las relaciones con los demás y con uno mismo.
Una película donde el tiempo es el gran protagonista, se ralentiza en la imagen porque a ellos se les acaba. Juega a tratar de retenerlo, mostrando los largos periodos en los que no pasa nada y en los que sabemos que la vida continua, el reloj sigue su curso y los pacientes esperan. Este es un tema relevante porque el ‘tiempo muerto’ sigue existiendo, incluso cuando se está al borde de la muerte. Sin embargo, la película pierde fuerza al recurrir a elementos demasiado habituales. La dirección de actores tiende a un sentimentalismo excesivo, idealizando el carácter (y sobre todo la paciencia) de Ivo. Los elementos que componen su vida resultan en ocasiones predecibles dentro de este tipo de narrativas: su soledad, la presencia de un perro al que cuida con esmero, y la poca atención que se dedica a sí misma, junto a una contención emocional a veces forzada que tiende a aplanar el personaje. Quizás el aspecto más destacable sea la dinámica entre los tres protagonistas, que exploran la cercanía del fin, la negación, la aceptación de lo incontrolable y un amor incondicional, especialmente entre las dos mujeres. Todo esto convierte a Ivo en una película imperfecta, con elementos de puesta en escena interesantes y una relación de amor incondicional valiosa, pero con un planteamiento de fondo que resulta básico y algo predecible.
Clara Tejerina
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