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Carlos F. Heredero.

Aunque el presente número de Cahiers-España aparece en abril, estamos ya en realidad a las puertas de mayo, pero no de cualquier mayo. El mes que viene se cumplen cuarenta años de Mayo del 68, aquel formidable estallido de revuelta social y juvenil que se atrevió a imaginar otro mundo posible. La onda expansiva del mayo francés cabalgaba sobre las esperanzas de cambio y sobre las energías combativas que ya propulsaban con anterioridad, en Estados Unidos, las luchas por los derechos civiles y el movimiento pacifista contra la guerra de Vietnam, así como también la muy europea y democratizadora Primavera de Praga. Impulsos y combates para poner en cuestión un orden injusto, para impugnar lo establecido, para abrir nuevas libertades en todos los órdenes.

Claro que el próximo mayo se cumplen también doscientos años del levantamiento popular español contra la invasión napoleónica: un dos de mayo que algunos han empezado a conmemorar hace ya bastante tiempo (con gran despilfarro institucional) y que va a sustentar la celebración de otra efeméride muy diferente. Estamos pues a las puertas de dos aniversarios resonantes que van a movilizar la memoria histórica, lo que supone una oportunidad de oro para interrogar, una vez más, las raíces del presente cinematográfico, las herencias y los legados que resuenan hoy bajo las imágenes que dibujan el horizonte contemporáneo.

De aquí nace este número un tanto especial, casi monográfico, de nuestra revista, volcado mayoritariamente en la evocación de Mayo del 68, pero con la voluntad expresa de escapar a todo localismo ensimismado y con la determinación de rehuir cualquier tentación nostálgica. Para la historia del cine, el mayo español tiene muy poco que decir y el mayo francés (que sí es el origen de una poderosa influencia plurinacional) no es sólo el cine francés. Abramos pues la perspectiva y preguntémonos qué cadenas se rompieron, qué nos enseñan ahora los debates de entonces, qué conocimiento y qué reflexiones podemos extraer hoy en día de aquellas turbulencias fílmicas tan ruidosas.

A pesar de todos sus excesos, la heterogénea constelación de prácticas fílmicas alternativas, revulsivos teórico-ideológicos y conceptos movilizadores que derivan del mayo cinematográfico mundial ponen en cuestión muchas falsas certezas, liberan numerosas ataduras y abren decisivos espacios de libertad estética y política. De aquellas conquistas son herederas algunas de las corrientes más vivas del cine actual y no pocos de los avances experimentados por el lenguaje fílmico, pero también es cierto que sigue siendo necesario ofrecer resistencia y oponer una combativa voluntad de cambio, de disidencia, de “incorrección” y de renovación frente al poder (político, institucional, académico, cinematográfico) que todavía hoy, aquí y ahora, trata de imponer como “natural” y normativa su manera de hacer, de difundir y de comunicar.

Con esta perspectiva, que se aleja por igual del “¡Vivan las caenas!” y de toda “grandeur” nacionalista, que mira hacia atrás para seguir avanzando, que recuerda las luchas del 68 para iluminar nuevos y necesarios combates de hoy en día, Cahiers-España se suma a la celebración.